Detlef Altenbeck, director del laboratorio de ideas marbet m.next, ha publicado un libro con el profesor Stefan Luppold (DHBW) sobre el efecto duradero que se busca en los eventos.

Detlef Altenbeck conoce la fuerza que la escenificación y la dramaturgia pueden desatar. No solo ha estudiado la profesión, sino que también ha puesto en escena obras de teatro, óperas y musicales en diversos teatros durante muchos años, además de haber prestado asesoramiento dramatúrgico y ayuda en la puesta en escena de grandes eventos. Desde 2018, dirige el laboratorio de ideas m.next en la agencia de comunicación marbet. Ha escrito, junto al profesor Stefan Luppold, que dirige el ciclo de estudios «Administración de empresas - Gestión de ferias, congresos y eventos» en la Universidad Estatal Cooperativa de Baden-Württemberg (DHBW) en Ravensburg, el libro: «Inszenierung und Dramaturgie für gelungene Events» (Puesta en escena y dramaturgia para eventos con éxito), que fue publicado por la editorial Springer Gabler en mayo de 2021.

¿Cómo crear un efecto impactante y duradero en un evento, en vez de efectos impresionantes que resultan tan actractivos como rápidos de olvidar? El profesional del teatro Detlef Altenbeck hace referencia a que las reglas del teatro se pueden aplicar al 100% (1:1) en los eventos. La cuestión principal es ¿por qué? En el caso de un acto o evento, hay que tener claro el porqué se lleva a cabo, qué relevancia tiene y qué mensaje emotivo se quiere transmitir. Dado que esta pregunta queda a menudo sin respuesta, los autores invitan cordialmente a los especialistas del sector eventos, a entablar un diálogo sincero con el cliente, en el que no debe faltar una profunda convicción, disponibilidad para afrontar conflictos, valor para ser capaces de contradecir y tolerancia en los posibles errores por ambas partes.

“Básicamente: el cliente no siempre tiene la razón y la concepción y la puesta en escena no son los servicios de un vasallo”.

A todos nos encanta que nos cuenten historias, también en los eventos. Las ventajas de una buena historia son: que permanecen en la memoria, que la audiencia está atenta y que incluso los asistentes, retienen y recuerdan las cifras, que tanto gustan a los organizadores, siempre y cuando todas ellas estén entrelazadas de un modo efectivo dentro de una buena historia. Se suele decir que, después de un discurso, el 75 % de la audiencia puede recordar el relato, el 5 % las cifras y el 20 % sencillamente nada. Así que cuanto mejor sea la historia, más tiempo será recordada por los asistentes. Altenbeck y Luppold explican de forma ilustrativa y humorística qué aspectos hacen que una historia sea buena y qué elementos y estructura dramatúrgica necesariamente debe contener.

«Es importante evitar a toda costa la monotonía y la uniformidad en la dramaturgia de un evento, por ejemplo, discursos y puntos del programa que tengan todos una misma longitud aproximada y sean similares en tipo y tonalidad, en forma y ritmo. Un evento debería parecerse a una ópera de Mozart»

¿Cómo afectan la ubicación, la iluminación y las localidades en el carácter de un evento? ¿Cómo debe iniciarse un evento? ¿Qué señales debo enviar para conseguir el efecto que busco? No debe haber nada que sea predecible o uniforme, nada que pueda aburrir. Pero la falta de imperfecciones también es aburrida. Aunque un evento debería desarrollarse de modo perfecto, los «contratiempos» incorporados y planificados distienden el ambiente de modo muy eficaz. A los participantes les encantarán. ¿Sigue utilizándose el tan socorrido hilo conductor? ¿O solo debe recurrirse a él en casos de emergencia para dar a los actos vacíos y sin sentido una apariencia agradable que oculte la trivialidad?

Si quiere saber cómo deben ir vestidos los ponentes, por qué la longitud de los calcetines es importante, cuál puede ser el valor de un discurso mediocre y qué será lo siguiente en la industria de los eventos, encontrará todas las respuestas en este libro.

«No hay que ser profeta para predecir una cosa: en el futuro, habrá menos viajes de negocios, menos ferias grandes, menos eventos de magnitud y menos eventos presenciales. En su lugar, habrá más eventos digitales, más eventos híbridos y principalmente más actos pequeños, y luego sobre todo eventos analógicos. Los deseos de los clientes en materia de neoecología y sostenibilidad son cada vez mayores, y la etiqueta ‘evento verde’ es cada vez más importante».